Desde hace algunas semanas estamos celebrando mini connivencias con las ayudantes de biblioteca. Como muchas de ellas almuerzan en el comedor, se quedan luego trabajando por la tarde clasificando, ordenando, haciendo códigos... así que cada viernes les compramos algún detallito, que no es un premio, porque no se correspondería con todo el trabajo que hacen. Así, les llevamos una refrescos, unas golosinas de chocolate o, ahora con la calor, unos helados.
Se trabaja mejor en buenas condiciones con un helado en la mano, ¿eh?
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